Buscando temas relacionados con la
calle, encontré esta instalación realizada en Milan el 13 de febrero de este
mismo año.
Llevada a cabo por un colectivo
obrero, colocaron sus cascos amarillos dispuestos linealmente fuera de la bolsa
de valores de Milán para simbolizar la industria de la construcción italiana
devastada, los puestos de trabajo perdidos y muchos negocios en quiebra, todo
ello debido a la recesión de los últimos cinco años.
Es sorprendente cómo una pieza del
equipo de trabajo de todos los días consigue un efecto visual tan llamativo y
simbólico.Una protesta silenciosa con la que expresan claramente su mensaje de un modo nada polémico y muy claro.
La masa de cascos me recordó la obra
de Antony Gormley en las Islas Británicas, donde acumuló en una sala miles de
pequeñas figuras de terracota.
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