En base a experiencias personales y poniendo sobre la mesa
una amplísima lluvia de ideas nos vinieron a la mente varias propuestas y
preguntas sobre cómo abordar el proyecto de la habitación.
A raíz de algo que habíamos vivido todos, me refiero a salir
de casa e instalarte en una nueva habitación, nos planteamos si las
habitaciones tenían personalidad propia o si le dábamos nosotros esa
personalidad añadiendo objetos que nos caracterizan y con los que nos sentimos
identificados; y si, a raíz de esto, la habitación era en sí la suma de todas
las habitaciones en las que habíamos estado. Rodeando este tema pensamos
fotografiar nuestras habitaciones y escoger elementos que nos caracterizasen a
cada uno de manera individual, y meterlos todos en una habitación nueva creando
a partir de ahí una nueva personalidad para esa habitación común a todos
nosotros.
Enseguida descartamos esa idea y empezamos a dar vueltas en
torno a los pensamientos habitables, los sueños, la percepción del espacio y la distorsión de la realidad.
Cómo una habitación que a mi me puede resultar minúscula a
otra persona puede parecerle muy amplia.
Decidimos finalmente abordar el tema creando instalaciones
con espejos para reflejar esta desorientación y diferencias de percepción del
espacio.
No es aún un resultado definitivo y precisa continuar con su
estudio.
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